Editorial
El año lectivo 2025 se encuentra en pleno avance en nuestro país y el segundo departamento de San Pedro, y con él van apareciendo, la palpable realidad de una educación que oscila entre el fervor y entusiasmo estudiantil y las profundas carencias. La infraestructura educativa en el segundo departamento clama por atención urgente. Numerosas escuelas y colegios sufren el peso del deterioro del paso de los años que va dejando daños significativos y preocupante en las estructuras edilicias, con instalaciones precarias y una alarmante falta de mobiliario adecuado, afectando directamente la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje. En las zonas rurales, la persistencia de las llamadas "escuelas rancho", con sus techos endebles y paredes de madera, es un crudo recordatorio de la desigualdad. A esto se suma la constante falta de rubros, que dificulta aún más la labor educativa. Esta situación ha escalado hasta la ocupación de instituciones por padres de familia, principalmente en Santa Rosa del Aguaray, quienes impiden el inicio de clases de sus hijos en reclamo por las carencias. Sin embargo, la responsabilidad en la formación de los hijos es compartida: si bien el Estado debe garantizar la educación académica, los padres tienen un rol fundamental en la formación ética y moral desde el hogar.
Sin embargo, no todo el panorama es sombrío. El programa "Hambre Cero en las Escuelas" representa un avance significativo, garantizando el almuerzo escolar para miles de estudiantes. La reciente llegada de mobiliario, aunque polémica, busca mitigar la acuciante falta de pupitres, priorizando distritos como Capiibary, Yrybucua y Santa Rosa del Aguaray, señalados por altos índices de pobreza multidimensional. Es alentador observar un repunte en la matrícula, posiblemente impulsado por la promesa de la alimentación escolar.
No obstante, este entusiasmo no debe eclipsar las necesidades estructurales. Es crucial que el Gobierno Central, la Gobernación y las Municipalidades mantengan un compromiso constante con la educación en San Pedro. Las tímidas inversiones actuales deben consolidarse y expandirse para superar las precariedades existentes. Solo a través de un esfuerzo coordinado y sostenido, donde el Estado cumpla su rol y los padres asuman su ineludible responsabilidad formativa, se podrá garantizar una educación de calidad para todos los niños y jóvenes del segundo departamento, transformando las aulas precarias en verdaderos espacios de aprendizaje y oportunidades.
Cuando pensábamos que estábamos a punto de despegar y como los discursos de muchos políticos han ido mejorando a lo largo de los años, dejando de lado que éramos los más pobres del país y adoptando una retórica de departamento rico en potencialidades, de nuevo hoy estamos entrando en una nueva etapa donde los números y los informes son lapidarios sobre nuestra realidad. El departamento de San Pedro, en épocas pasadas fue catalogada como el segundo departamento más pobre del Paraguay, solo superado hace unos años por el departamento de Caazapá, ahora con este nuevo informe las cosas cambiaron de lugar y ahora San Pedro es el departamento más pobre del país, está en primer lugar superando a Caazapá, que, quien sabe con qué receta hoy ocupa un cómodo segundo lugar.
Lo más malo no es solo ser pobre económicamente porque podríamos entender que esto se puede superar en cualquier momento o puede ser una cuestión circunstancial, el índice que mide el INE Instituto Nacional de Estadística para afirmar que de nuevo el departamento de San Pedro es pobre abarca varios aspectos en un estudio denominado multidimensional, es decir todos los habitantes son pobres en todos los aspectos. El Instituto Nacional de Estadística (INE) presentó, por tercer año consecutivo, el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), una medida oficial que analiza las carencias de la población desde cuatro dimensiones: el acceso a trabajo y seguridad social; vivienda y servicios; salud y ambiente, y educación
El Índice de Pobreza Multidimensional complementa a la medición de pobreza monetaria, la cual es estudiada hace 26 años en el país desde la perspectiva del ingreso disponible de las personas. Encarar de manera multidimensional la medición de la pobreza propone examinar el goce de los derechos de la población y servirá para focalizar de manera efectiva las políticas públicas. En cuanto a la incidencia de la pobreza multidimensional por departamento, y en orden de descendente, se mencionan a San Pedro con 38,26%; Caazapá con 36,78%; Caaguazú alcanza un 28,65%; Itapúa 25,31%; Alto Paraná 12,98%; Central 6,74%; Asunción 3,96% y el resto de los departamentos de manera agregada muestran 24,04% de incidencia.
Estos datos son lapidarios y es una verdadera bofetada para los políticos que alardean que el departamento es rico que tiene capacidades de crecer, los mismos discursos gastados cada año y cada periodo sin ningún tipo de sustento, si hoy el departamento ocupa estos lugares es entera responsabilidad de las autoridades sean intendentes, gobernadores, diputados y cualesquiera que ocupen cargos dentro del poder político. Son ellos los responsables directo de todo el mal que aqueja a nuestra gente, el pueblo es trabajador, produce, labra la tierra y busca ganancia con su esfuerzo, pero el mejoramiento de la calidad de vida recae en la función pública que debe de dotar de inversiones para el pueblo, el ciudadano paga sus impuestos y debe ser beneficiado con caminos, con salud, educación, seguridad y empleo generado en base a políticas públicas. Es más, muchas veces son los propios ciudadanos que deben construir escuelas o abrir caminos ante la falta de respuesta o asistencia del gobierno, el propio ciudadano asume roles que no les compete, pero como la necesidad es mayor debe hacer trabajos que corresponde directamente al estado. Si esta San Pedro en esta situación no es por culpa de su gente, es por culpa de sus autoridades que no son capaces de generar un cambio en la vida de su pueblo, vivimos en la mentira constante de los que ocupan cargos, populismo y avaricia y las rencillas políticas someten al pueblo en niveles miserables.
No es justo que un pueblo tan sacrificado tenga que padecer tantas penurias por culpa de malos gobernantes.

La titánica lucha por ocupar un cargo.
Siempre se vio al estado paraguayo como el lugar más apreciado para escalar en la vida económica
atreves de algún puesto y muchos políticos siguen utilizando al estado como un lugar para colocar abyectos y de esta forma mantener una estructura política, los discursos suelen ser distintos a lo que pregonan. Muchas veces prometen austeridad, pero al final resultan que vuelven a cometer los mismos vicios de siempre ubicando en lugares de privilegios a personas cercanas o sus correligionarios.
La lucha por estar no es solo entrar en la función publica sino mantenerse en esa y más aún en tiempos donde asumen nuevas autoridades y los cambios son frecuentes en las instituciones, estos cambios generalmente es un pase de factura a aquellos que estuvieron trabajando en otro equipo político y otros simplemente porque no apoyo al equipo o candidato ganador. Es una constante ida y venida en los cargos en disputas, pero no es solamente disputar el cargo, sino estos son de importancia y relevancia que no es más que un elemento fundamental en el engranaje del gobierno, es decir quien quiere que se haga bien las cosas, pues indefectiblemente se debe colocar a los mejores en los cargos, es decir, si quieres ganar la guerra dependerá de tus mejores soldados y guerreros. Acá con el ropaje de cargos de confianzas muchas veces las autoridades con poder de turno realizan maniobras absurdas en colocar a personas que no son idóneas en el cargo, con la excusa de que es el cupo que hay que llenar se colocan a personas que no están capacitados y finalmente esto resulta en fracaso.